El agua constituye el ambiente más apropiado para el desarrollo de la vida en el planeta. ¿Sabes por qué llaman a la tierra «el planeta azul»?
Porque desde el espacio la tierra se ve como una gran esfera azul, a causa de la masa de agua que cubre dos tercios de su superficie. Los océanos contienen 97% de toda el agua presente en la tierra; el 2% se encuentra congelada en los polos. El 11% de esa superficie corresponde a los bordes sumergidos de los continentes y el 60% al fondo de los océanos propiamente dicho.
Para comprender la importancia de nuestro esfuerzo por utilizar racionalmente este recurso, deberíamos imaginar qué pasaría si llegase a faltar este líquido vital en la Tierra.
Según las teorías científicas: el agua siempre existió sobre la tierra, al principio ésta se encontraba oculta, mezclada a otras materias. Luego, logró escaparse de los estratos en donde estaba atrapada y se evaporó. El contacto con la superficie terrestre la volvió más fría y lentamente se depositó en las depresiones del planeta dando origen a un gran océano.
La necesidad del agua
El agua es absolutamente imprescindible para la vida; no sólo para la nuestra, sino para la de cualquier ser vivo. Lleva a cabo un sinfín de funciones en el organismo, además de formar parte de su estructura. Algunas de esas funciones serian;
Servir de soporte físico para todas y cada una de las reacciones químicas que tienen lugar en los organismos vivos. Forma parte de nuestro cuerpo. Para que se hagan una idea: de cada kilo de peso el agua constituye entre 600 y 700 gramos.
Forma parte de la sangre del mundo humano y animal: más de las tres cuartas partes del volumen es agua. En esta agua flotan multitud de sustancias químicas:
– Proteínas como la albúmina (reserva de aminoácidos, los aminoácidos son como los ladrillos de una casa, con ellos se construyen gran parte de las estructuras del organismo),
– Hidratos de carbono como la glucosa (reserva de energía, es la gasolina de nuestro cuerpo),
– Vitaminas (como la Vitamina C o ácido ascórbico, o el grupo de vitaminas B, la 1, la 2, la 6 y la 12),
– Sales minerales como el sodio (fundamental en un sinfín de procesos como la producción de los impulsos eléctricos que hacen que el corazón se contraiga y relaje para bombear la sangre),
– Grasas como el colesterol (famoso por desgracia porque es responsable en parte de la aparición de arteriosclerosis, pero absolutamente necesario para nuestro cuerpo porque también forma parte de muchas estructuras y de algunas hormonas).
Hay muchas más cosas flotando en el agua que forma parte de la sangre. El agua sirve para transportarlas y también para que realicen su función correctamente.
Servir como vehículo para eliminar del cuerpo todo aquello que ya no es útil o lo que puede ser tóxico. El riñón es el encargado de filtrar el agua y retirar de él todo lo que no sirve ya o lo que puede ser dañino para nosotros. Parte de ese agua forma la orina. También el hígado ayuda en esta tarea de limpieza del organismo.
Forma parte de los mecanismos que regulan la temperatura del cuerpo. El sudor no es ni más ni menos que agua con algo de sodio y cloro y en el aire que expulsamos por los pulmones hay un pequeño porcentaje de agua que ayuda a perder el exceso de calor.
No debemos olvidar que hay que reponer cada cierto tiempo ese volumen de agua de nuestro cuerpo para que este funcione correctamente.
La importancia del Ph del agua
Todos sabemos que el agua es el mejor disolvente que existe. Pues bien, en el agua potable que consumimos hay un gran número de minerales que son los que definen su acidez o alcalinidad. Y ésta se determina por medio de una escala universal graduada de 0 a 14 siendo 7 el punto correspondiente a la neutralidad. Por tanto, cuando un agua tiene un Ph inferior a 7 se dice que el agua es ácida, si es igual a 7 se dice que es agua neutra y si es superior a 7 agua alcalina.
Dicho esto hay que añadir que el pH normal del líquido extracelular e intracelular de nuestro cuerpo fluctúa entre Ph 7’35 y 7’45.
También sabemos que nuestro organismo, tiende ligeramente a la acidez y de ahí que, según los expertos, consumir el agua del grifo de nuestros hogares generalmente agua neutra, sea indudablemente saludable, pero el beber agua ligeramente alcalina lo sea aún más y no porque tenga un valor nutritivo especial que incremente la energía o tenga valor medicinal, no es así, sino simplemente porque neutraliza el exceso de acidez de nuestro organismo, algo que en gran medida es el causante de muy diversas enfermedades y del proceso de envejecimiento. Es uno de los descubrimientos en la última década “el rol del balance del Ph en el cuerpo para combatir los signos de la edad”. Estudios recientes encontraron que si lo tienes demasiado ácido, las señales del proceso de envejecimiento aceleran, no solo eso, sino que también degenera el sistema y se hace más susceptible a contraer enfermedades y dolencias.
Detoxificación
Es muy importante realizar frecuentes desintoxicaciones del cuerpo, mediante el incremento de la ingesta de aguas preferentemente con propiedades curativas y que todas mantienen Ph ligeramente alcalinos, (balnearios).
Detoxificación es la eliminación de los residuos ácidos almacenados en las células y también de todos los fluidos corporales y tejidos.
La desintoxicación es a menudo observada en los primeras dos a tres semanas de beber el agua con la pérdida de peso continua ya que el cuerpo se desintoxica cada vez más en el tiempo.
La investigación médica ha puesto de manifiesto que el agua ligeramente alcalina (comúnmente conocida como el agua ionizada alcalina) tiene beneficios contra el cáncer y mejora la salud, ya que protege las células contra el daño oxidativo en el ADN, ARN y proteínas.
Adicionalmente otros estudios han mostrado que el agua de tomar ionizada alcalina mejora los efectos antioxidantes tres veces, resultando sobre todo un impulso a la función del sistema inmunológico.
Ocurre lo mismo si nosotros añadimos Bicarbonato Sódico al agua en una proporción de 3 gr por litro, aproximadamente una cucharada de café por litro y medio de agua.
Síntomas comunes de un Ph acido: fatiga crónica, exceso de estrés, dolores crónicos, confusión mental, intranquilidad, problemas de la piel, dolores de cabeza, estreñimiento y olor a amoniaco en la orina.
Las enfermedades físicas, crónicas y agudas, y el malestar son casi siempre consecuencia del exceso de ácido que estresa el equilibrio del Ph del cuerpo, llegando a producir los síntomas que ya conocemos. Dependiendo del nivel de acidez, muchas veces los síntomas son apenas perceptibles. La buena noticia es que podemos revertir ese estado ácido, siendo responsables y eligiendo otros estilos de vida y otros alimentos empezando por el agua que sea ligeramente alcalina..
La advertencia médica
Cuando la pérdida de agua debida al calor es mayor, es necesario reponer con más frecuencia el agua en los niños y en personas de edad esta reposición debe cuidarse más porque sus organismos son más sensibles a las pérdidas de líquido. Si no bebemos suficiente agua podemos deshidratarnos y las consecuencias de ello pueden llegar a ser muy graves. Pues a beber agua.
Por el Dr. Ramón Bordería.
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